Una vacuna es un preparado biológico que proporciona inmunidad adquirida activa ante una enfermedad. La vacuna se elabora a partir de microorganismos patógenos atenuados o muertos, sus toxinas o alguna de las proteínas que los recubre; este agente estimula al sistema inmunológico de nuestro organismo, generando anticuerpos que más adelante podrían reconocer a los microorganismos que ocasionarían la enfermedad.
La vacunación es el método más eficaz para prevenir enfermedades infecciosas y ha permitido la erradicación de enfermedades potencialmente mortales como la viruela. Las vacunas se pueden utilizar para prevenir enfermedades graves como: cáncer cervicouterino, cólera, difteria, hepatitis B, influenza, encefalitis japonesa, meningitis, sarampión, paperas, tosferina, neumonía, polio, rabia, rotavirus, rubeola, tétanos, tifoidea, varicela, fiebre amarilla, etcétera.
La “inmunidad colectiva” ocurre cuando la gran mayoría de las personas de una región están vacunadas, lo que hace difícil que surja el brote de alguna enfermedad y que esta se esparza con facilidad. La vacunación actualmente previene de 2 a 3 millones de muertes por año y podrían evitarse otros 1.5 millones si se mejorara la cobertura mundial.
Las vacunas, dentro de sus ingredientes, contienen:
- Antígeno: microorganismo muerto o atenuado que es introducido al cuerpo para generar una respuesta inmune y creación de anticuerpos específicos
- Adyuvantes: sustancia que contribuye a mejorar la respuesta inmune
- Preservativos: asegura que la vacuna se mantenga efectiva
- Estabilizadores: protege la vacuna durante su almacenamiento y transporte
Los ingredientes de las vacunas se pueden encontrar de forma natural en nuestro organismo, el ambiente o los alimentos que consumimos; todos los componentes han sido probados antes de comercializar la vacuna para garantizar su efectividad y seguridad. En la actualidad, los criterios de seguridad exigidos a la industria farmacéutica, fabricante de vacunas, evitan que exista una gran cantidad de efectos adversos.
Los detractores de las vacunas existen desde que estas fueron creadas. Las dudas sobre las vacunas (renuencia o rechazo a ser vacunado) amenazan con revertir el progreso realizado en la lucha contra las enfermedades prevenibles por vacunación. El sarampión, por ejemplo, registró un aumento del 30% en los casos a nivel mundial. Las razones de este aumento son complejas; sin embargo, algunos países que estaban cerca de eliminar la enfermedad se están enfrentando a un resurgimiento.
El “movimiento antivacunas” cobró fuerza a partir del año 1988, cuando se publicó un artículo científico en donde se relacionaba la aplicación de la vacuna triple viral (sarampión, rubeola y parotiditis) con el autismo en niños; posteriormente, se declaró que la información obtenida en dicha investigación era falsa y que el autor tenía ciertos conflictos de interés que no había declarado. Ningún estudio científico serio, generado posteriormente, ha podido comprobar una relación de las vacunas con el autismo.
Los trabajadores de la salud en el primer nivel de atención son los asesores más confiables en las decisiones de vacunación; las vacunas son seguras, como todos los medicamentos, pueden ocasionar la aparición de efectos adversos como fiebre ligera, dolor o enrojecimiento en el lugar de la aplicación; estas reacciones desaparecen en unas cuantas horas por sí solas. Los efectos secundarios severos o de larga duración son extremadamente raros.
Elaboró: MNC Mónica Maldonado Sandoval, ED
Bibliografía
- Organización Panamericana de la Salud, Organización Mundial de la Salud. Cuáles son las 10 principales amenazas a la salud en 2019. https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=14916:ten-threats-to-global-health-in-2019&Itemid=135&lang=es Revisado: 4 de mayo de 2020
- Salleras, L. Movimientos antivacunas: una llamada a la acción. Vacunas. 2018
- World Health Organization. Q&A on vaccines. https://www.who.int/vaccines/questions-and-answers Revisado: 7 de mayo de 2020
