Categorías
Psicología

Día del abuelo: Tips para el cuidado y/o acompañamiento de adultos mayores

Beneficios Psicológicos:

Tips para adultos mayores:

  1. Conserva rutinas que te den sentido: Las rutinas no son cadenas: son brújulas. Cuando el tiempo se vuelve vasto y la agenda se vacía, los pequeños hábitos diurnos sostienen la mente y el ánimo. Mantener horarios para despertar, comer o salir a caminar preserva la sensación de control y pertenencia.
     Ejemplo: Despiértate cada día a la misma hora. Ten un ritual diario: regar una planta, leer el periódico, preparar tu café favorito. Que tu día tenga hitos que te recuerden que sigues habitando tu propia vida.
  • Reconoce tus límites sin rendirte: Aceptar lo que ya no puedes no significa abandonarte, sino proteger tu cuerpo y tu energía para lo que aún puedes. La vejez requiere humildad para pedir apoyo y sabiduría para adaptarse sin rendir la dignidad.

 Ejemplo: Si antes podías caminar largas distancias y ahora te fatiga, adapta la ruta. Usa un bastón si lo necesitas, sin vergüenza. Aprende a decir “hasta aquí puedo hoy” sin sentir derrota.

  • Habla de tus miedos: La soledad, la enfermedad, la dependencia, la muerte: nombrarlos rompe la sombra que proyectan. Guardarlos no los hace desaparecer, sólo los vuelve más pesados. Compartirlos, en cambio, aligera el corazón.
    Ejemplo: Busca a alguien de confianza —un hijo, un nieto, un amigo— y abre la conversación. Un profesional de la salud mental también puede escuchar sin juicio. Un miedo nombrado es un miedo compartido.
  • Pide ayuda sin culpa: Aceptar apoyo no te vuelve frágil, te hace humano. La cultura de “no ser carga para nadie” consume la energía emocional de quien envejece. Pedir ayuda dignifica a quien la da y fortalece el lazo que une.

Ejemplo: Si te cuesta bañar solo, subir escaleras o ir a consulta médica, exprésalo sin disculpas. Recuerda que, en otras etapas, tú también sostuviste a otros.

  • Perdónate la memoria rota: Olvidar un nombre, perder la llave, confundir una fecha: no eres tus olvidos. Eres mucho más que eso. La memoria se fragmenta, pero el valor de tu historia no se esfuma con cada pieza que falta.

Ejemplo: Si olvidas algo, anótalo. Coloca recordatorios visibles. Informa a tus seres queridos: un “ayúdame a recordar” es un puente, no una vergüenza.

  • Haz las paces con el espejo: El cuerpo se pliega, la piel se mancha, los huesos se inclinan. Mírate sin crueldad: cada línea narra una batalla, cada cicatriz confirma que has vivido. Que el reflejo no sea un verdugo, sino un testigo honesto.

Ejemplo: Dedica unos minutos a cuidarte: un peine, una loción, ropa cómoda y bonita. Mirarte con afecto es un acto de respeto propio.

  • Aprende a reconocer la depresión y no la confundas con “vejez”: Sentirse triste todo el tiempo, perder las ganas de levantarse, aislarse de quienes amas, no es normal ni “propio de la edad”. La depresión en la vejez es frecuente, pero no inevitable. Se puede tratar.

Ejemplo: Si notas estos signos en ti mismo, háblalo con tu médico o un psicólogo. Pide ayuda a tu familia. Un diagnóstico y tratamiento oportuno puede devolver brillo a tus días.

Tips para familiares de adultos mayores:

  1.  Reconoce su autonomía:  Cada adulto mayor es portador de su propia historia, convicciones y preferencias. Aunque necesiten apoyo físico o logístico, no pierden el derecho a decidir sobre su propia vida. Reconocer su autonomía es darles la posibilidad de elegir dentro de sus capacidades.

 Ejemplo: Aunque puedas prepararles la comida, permite que ellos elijan qué quieren comer. Si necesitan ayuda para moverse, pregúntales primero cómo prefieren hacerlo. No impongas, ofrece

  1.  Evita la infantilización: Uno de los errores más comunes es tratar a la persona mayor como si regresara a la infancia. Esto erosiona su autoestima y alimenta la idea de que ya no tienen voz ni voto. Hablarles como a un niño no ablanda el corazón: lo despoja de dignidad.
    Ejemplo: Sustituye los diminutivos innecesarios por un lenguaje directo y cariñoso. Si vas a planificar una salida o una cita médica, conversa con ellos primero, explícales cada detalle y pide su opinión.
  1.  Acompaña sin invadir: Estar presente es diferente de vigilar. La presencia amorosa es un abrigo, la vigilancia excesiva es una cadena. Aprende a leer sus silencios: a veces necesitan compañía, otras veces soledad.

Ejemplo: Ofrece tu compañía para actividades como caminar, ir de compras o visitar amigos. Si prefieren ir solos, no te ofendas. Establece límites claros: “Aquí estoy si me necesitas”.

  1.  Cuida al cuidador: El cansancio del cuidador es un riesgo silencioso. Quien sostiene, también necesita ser sostenido. La familia debe compartir la carga, organizar relevos y reconocer la labor silenciosa de quien dedica horas, cuerpo y mente al cuidado.

Ejemplo: Si hay un cuidador principal (madre, padre, hermana), organicen un calendario familiar para cubrir turnos, preparar comidas o encargarse de trámites. Un día de descanso puede evitar una crisis mayor.

  1.  Observa cambios de humor y de conducta: No todo cambio de carácter es “cosa de la edad”. Irritabilidad, tristeza, aislamiento o confusión pueden ser signos de depresión, duelo no resuelto o deterioro cognitivo. Detectarlos a tiempo es un acto de amor y prevención.

Ejemplo: Si notas que tu familiar duerme demasiado, pierde interés por cosas que antes disfrutaba o se muestra agresivo sin motivo claro, conversa sin juicio y busca orientación profesional.

  1.  Involucrarlos en decisiones cotidianas: Participar en la vida cotidiana fortalece el sentido de utilidad y pertenencia. Las actividades recreativas no deben imponerse como un cliché de “juegos para viejitos”, sino diseñarse pensando en sus verdaderos intereses y habilidades.

 Ejemplo: Además del dominó o el danzón, propón clases de pintura, música o tecnología básica. Organiza clubs de lectura, tardes de cine, escritura de memorias familiares. La clave es ofrecer opciones reales y preguntar: “¿Qué te gustaría probar?”

  1. Habla claro sobre el final, si llega el momento: Hablar de muerte, herencia, cuidados paliativos o voluntades anticipadas no apaga la esperanza: la ilumina de realismo y serenidad. Un final preparado con amor ahorra culpas y evita disputas.
     Ejemplo: Conversa abiertamente sobre su deseo respecto a tratamientos médicos, rituales de despedida o testamentos. Hazlo cuando estén tranquilos, con papel y lápiz a la mano, y documenta cada voluntad con respeto.

Cuidados médicos:

  1. Monitoreo constante de enfermedades crónicas
     
    Realiza controles periódicos de presión arterial, glucosa, perfil lipídico, y función renal. Estas enfermedades suelen ser silenciosas al inicio.

  2. Evaluaciones geriátricas integrales
     Al menos una vez al año se debe evaluar su funcionalidad física, estado cognitivo, estado de ánimo y situación nutricional.

  3. Prevención de caídas
     Evalúa el equilibrio, la marcha y el entorno físico. Instala barras de apoyo, elimina alfombras sueltas y mejora la iluminación del hogar.

  4. Promoción de actividad física segura
     Fomenta ejercicios adecuados a su capacidad: caminatas, ejercicios de resistencia suave, yoga para adultos mayores o fisioterapia guiada.

  5. Alimentación equilibrada y adaptada
     Garantiza una dieta rica en proteínas, calcio, fibra y líquidos. Acudir a citas médicas ayuda a conocer si es que requerimos suplementación de alguna vitamina.
  6. Salud mental y emocional
     Promueve la conexión social, estimulación cognitiva (lectura, juegos, conversaciones) y, si es necesario solicita apoyo psicológico profesional.

  7. Medicamentos: revisión continua
     Evalúa interacciones y duplicidades. Muchos adultos mayores toman múltiples fármacos, lo que puede causar efectos adversos graves.

  8. Vacunación al día
     Asegúrate de que tenga las vacunas recomendadas: influenza anual, neumococo, herpes zóster y COVID-19, Visita a tu médico para conocer si únicamente requieres estas vacunas.

  9. Apoyo al cuidador y acompañamiento familiar
     Educar y apoyar emocionalmente al cuidador mejora la calidad del cuidado. Fomentar la participación familiar.

  10. Respeto a la autonomía y decisiones anticipadas
     Escuchar sus deseos sobre tratamientos, cuidados paliativos y voluntades anticipadas. La toma de decisiones debe ser compartida.

Cuidar a un adulto mayor es una muestra de amor y compromiso. Con atención médica, escucha y respeto, podemos mejorar su calidad de vida y bienestar diario. Envejecer con dignidad es un derecho, y acompañar ese proceso con empatía es una responsabilidad compartida.

Elaborado por: Psic. Karen Paredes